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"Llorar no cuesta" y "La trampa", dos novelas cubanas

Sinopsis: " Llorar no cuesta " es una novela cubana que narra con crudeza la historia de un hombre y de dos mujeres que obligados por las circunstancias se despojan de la piel para asirse a lo imposible. Sexo, sincretismo, prostitución, violencia, desesperanza en la Cuba de los primeros años de la década del 90 tras la caída del Socialismo en Europa y durante la antesala de la Crisis de los balseros de 1994, cuando miles de cubanos se lanzaron al mar para escapar de la asfixiante situación en la que estaban atrapados. La historia transcurre en Cuba, en el pueblo de Candelaria, aunque pudo desarrollarse en cualquier otro municipio cubano. Es un texto desgarrador que recrea una triste y compleja realidad histórica. La corrupción, la ilegalidad en la que vive el cubano, la doble moral, el sufrimiento y la marginalidad constituyen el hilo conductor de esta obra que al decir de la autora es “una novela agria escrita en tonos grises”. Sobre "Llorar

Cuando los extraterrestres se apoderaron del aeropuerto de Savannah




Savannah es la ciudad de los fantasmas por metro cuadro, donde quiera puedes escuchar el eco de una historia escalofriante, sobrecogedora que hará que los pelos se te pongan de punta. Pero, lo que ocurrió este verano sobrepasa cualquier situación imaginada y no tiene nada que ver con apariciones.

El aeropuerto Internacional de Savannah, el Hilton Head ha sido tomado, literalmente, por extraterrestres y lo peor es que las autoridades no han podido impedirlo.

El primero de ellos llegó en uno de los vuelos de la mañana del viernes. Venía enfundado en un traje negro. Su cuerpo delgado y tez clara simulaba la figura de un zombi. Avanzó sin mirar hacia los costados y tarareó una cancioncilla de los ’60. No quería despertar sospechas. Ya una aeromoza impelida por su palidez le había preguntado si se encontraba bien.

Se movió con agilidad hacia la cafetería. Allí, una sureña le estaba esperando. Tomados de la mano se dirigieron hacia el área donde los taxistas aguardan.

Un melenudo les hizo una señal que solo ellos dos percibieron. El “hombre” los condujo hasta un hotel cercano y al día siguiente en la mañana pasó por ellos, muy temprano.

Sobre lo que conversaron o hicieron, nadie tiene evidencias. Lo que sí es cierto es que desde hace más de dos meses se alojaron dentro del reloj que cuelga del techo transparente de la terminal aérea más importante de Savannah.

Si por estos días visitas el Savannah Square, podrás comprobar que el reloj ha sido cubierto con un material blanco que en la distancia simula una cartulina. “Clock under repair”; “Time flies” son los mensajes que pueden leerse, con los que se pretende aparentar que todo está bien, pero, en el fondo la preocupación es mayúscula:

Los extraterrestres han seguido colmando el habitáculo… 


Imagen: Imagen de Pete Linforth en Pixabay


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