Hoy descubrí que
el silencio es una paradoja
la dulce paradoja
de los ausentes;
incongruencia
vetada en los congresos
gritada al viento
sin más cordura
que la del hombre
empecinado
y escondido
tras el ropaje
viejo de la argucia.
Hoy descubrí que
el infinito
es una línea
hacia donde la
tristeza se desplaza
sin más apoyo
que el consuelo
de una lágrima.
Triste viento que
pesaroso andas
sin más aliciente
que el saberte
prisionero de la
tempestad.
Pobre sueños que
recorrieron
el camino
y en tristeza
regresaron
al hogar:
marchita caminata
hastiada de besos
entregados a la sombra.
Hoy descubrí que
el silencio es una paradoja
incongruencia
abrupta de la espera
sobre la nada.
Lluvia amarga
Lluvia amarga de
retazos
para esconder las
dudas
y el temor.
De tulipanes en
los balcones
sobre la espera.
Lluvia de risa en
máscara
antifaz halado
tartamudeando mi
desnudes.
Lluvia de cuerpos
rotos
y de promesas
tiradas a la basura
sobre el
intempestivo adiós
y mi amargura.
Lluvia que
destroza el canal
la carretera y
convierte en lodo
todo.
Lluvia amarga de
rizos
y banderolas
de hámagos
y de mentiras
de cuerpos rotos
sobre una pena
de penas rotas
sobre una duda.
Lluvia la que no
es sincera
la que no asombra
la que no ama
la que me miente
y te miente
lluvia
amarga.
Te descubro
En solitario
sobre la bruma
virtual
de las palabras
recorro tu
recuerdo, ese
que viene y va
sin ataduras
ni blancos ni
negros
multicolor,
y descubro que
nada existió.
En solitario
sobre la bruma
virtual de los que se nombran cuerdos
me detengo a
preguntar
por el valor de
lo sincero
del amor
y el desapego.
En solitario sin
nada ni nadie más
que un pedazo
roto de existencia
me detengo a
mascullar
un Padre Nuestro
y entonces
te descubro solo
en lo incierto.
Verso
Verso toca su
piel
con mis besos
en madrugada.
Tómate un
descanso
sobre su pecho
y amantísimo ve
hasta sus labios.
Verso que te
despojas de ti
y lo entregas
todo.
Verso, verso
sobre la miel
y su piel
sobre la cumbre
y la vida
haciendo del
baile de los amantes
la risa en fuga.
Verso que te
deleitas
con su mirada
y generoso
entregas cada balbuceo
cada palabra.
Verso que sobre
la cumbre
olvidas dolor y
muerte
escases y nada.
Toca su piel
con mis besos
en madrugada.
Verso, verso
tómate un
descanso
sobre su pecho.
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